
No y no. La determinación a corregirme mediante mi inmensa fuerza de voluntad está ante todo. Podré sentir lo que sea, soy tan fuerte que puedo controlarlo. No importa si mi felicidad radica en dejarme llevar, no lo haré con la plena conciencia de que no es lo mejor, socialmente; que no sería conforme a como debiera ser. No y no. Y me repito a mi misma que sí puedo enfrentarlo y tomarlo con valentía.
Que no. Podrás decirme lo que quieras, pero mi hemisferio izquierdo está sobre el derecho, no lo dejará ser, puede controlarlo...
Aunque... A fin de cuentas es posible... es posible que la corriente sea más fuerte, que se convierta en una corriene doble, que fluya por dentro de mi como por fuera, una corriente que me arrastre hasta perder por completo el control, hasta destrozarme... De nuevo pensando, quiero que eso suceda, que sea tan fuerte que no pueda con ella. Quiero perder la responsabilidad que mi coherencia me obliga a tener... Quiero sólo ser... sólo existir...
Que no. Podrás decirme lo que quieras, pero mi hemisferio izquierdo está sobre el derecho, no lo dejará ser, puede controlarlo...
Aunque... A fin de cuentas es posible... es posible que la corriente sea más fuerte, que se convierta en una corriene doble, que fluya por dentro de mi como por fuera, una corriente que me arrastre hasta perder por completo el control, hasta destrozarme... De nuevo pensando, quiero que eso suceda, que sea tan fuerte que no pueda con ella. Quiero perder la responsabilidad que mi coherencia me obliga a tener... Quiero sólo ser... sólo existir...
A veces, uno quiere que no importen las reglas, el orden o las convenciones. A veces uno quiere pensar que no hay un mañana, o no debe obedecer ni satisfacer a nada que no sea al eterno insatisfecho: el amor. A veces, a uno simplemente le dan ganas de cerrar los ojos y aventar los dados, y de que el deseo de hacerle caso al amor, el amor mismo, se haga mas grande que uno... y nos guie.
ResponderEliminarA veces.