07 octubre 2009

el velero


Soy una valsa con remos, dos remos. Creo tener un destino fijo, pero este navío es muy ancho. Tan ancho que no puedo alcanzar ambos remos al mismo tiempo, así que cuando voy a mover el derecho juro que lo intento y entonces al ver que no me mueve pienso que si muevo el izquierdo tal vez avance un poco, que el remo izquierdo me dirá con seguridad que remar por la derecha es lo mejor... Y después me doy cuenta que todo es un complot, ninguno quiere que llegue a mi destino. Me estoy cansando de remar. Me convertiré en un velero. Dejaré al viento teerminar con los molestos remos, sólo seremos la vela y yo esperando una ráfaga suficientemente fuerte para llevarnos a donde debamos ir, a donde queramos o no llegar, pero dejar de pelear contracorriente...

Soy un velero. Esta ráfaga cree que me va a llevar, pero no tiene las agallas. Voltearé esta vela hasta que la bocanada de aire acelerado se dirija hacia donde la corriente va...

29 septiembre 2009

pasaje falaz


No y no. La determinación a corregirme mediante mi inmensa fuerza de voluntad está ante todo. Podré sentir lo que sea, soy tan fuerte que puedo controlarlo. No importa si mi felicidad radica en dejarme llevar, no lo haré con la plena conciencia de que no es lo mejor, socialmente; que no sería conforme a como debiera ser. No y no. Y me repito a mi misma que sí puedo enfrentarlo y tomarlo con valentía.

Que no. Podrás decirme lo que quieras, pero mi hemisferio izquierdo está sobre el derecho, no lo dejará ser, puede controlarlo...

Aunque... A fin de cuentas es posible... es posible que la corriente sea más fuerte, que se convierta en una corriene doble, que fluya por dentro de mi como por fuera, una corriente que me arrastre hasta perder por completo el control, hasta destrozarme... De nuevo pensando, quiero que eso suceda, que sea tan fuerte que no pueda con ella. Quiero perder la responsabilidad que mi coherencia me obliga a tener... Quiero sólo ser... sólo existir...

01 septiembre 2009

María


Mira la casa... le da orgullo, es la casa que representa a su país, en cualquier parte del mundo sabrían que se trata de un hogar mexicano, aun sin tener un parámetro de comparación. Tiene colores azul rey, rosa muy mexicano... los barandales de madera a la entrada. Mira su casa...

Su peinado, un chongo bien hecho de trenzas con listones de colores entre el cabello negro y abundante. Su ropa, bordada de colores vivos con enromes flores de buen gusto; una falda sencilla, de manta, un poco arriba de los tobillos, y sus zapatos blancos de tacón. Mira su ventana, el marco disparejo la hace parecer un retrato. Mírala desde la puerta que con confianza permanece abierta, dejando ver la belleza de una modesta y tradicional vivienda, la cocina llena de ollas y cucharas de madera.

Mira su rostro... Seria, como si no hubiera emociones que expresar, sin sonrisa como si su hogar representara nada para ella. Mira su mirada, siempre sumisa, de frente, demostrando valentía, pero sumisa. Como si prefiriera pasar desapercibida mientras pensamientos libres revolotean en su mente, mientras se imagina de pie en el risco del cerro que la vio nacer, en ropa ligera, con los ojos cerrados, sólo activando su sensación del viento en la cara, como si volara, sin que nada obstruya el flujo de aire que rompe sobre su bien formado cuerpo cubierto por mantas blancas...

Mira su casa... Los minutos pasan a su alrededor y ella no parece si quiera notarlo. Su expresión de esperanza en tiempos mejores prevalecerá mientras la miras con ojos de lástima y no como ella quiere ser vista en su hermosa casa, orgullosa de ser quien es, con sus labios pintados y las enormes pestañas, y sus trenzas negras como marco...



escucha mientras lees la 7 del revés, da click

23 junio 2009

intencionalmente...


Desperté y me senté en un sofá que al verlo parece hecho de hilos tejidos donde cada centímetro lleva escrita una palabra con la primera letra de tu nombre. Omití el propósito de las malévolas palabras del sillón y al recostarme de nuevo miré como en el techo hay estampas con fragmentos de tus labios repartidos, pegados intencionalmente por encima del asiento, como si en un día soleado una nube pareciera flotar cargada de agua y granizo sólo sobre mi casa. Pero me senté sola en el sillón esperando escucharte decir algo. De pronto vi junto a mí una lámpara que prende con el brillo de tus ojos al parpadear los míos. Y así me levanté. Mis pies descalzos sintieron una alfombra suave y húmeda con la que solías besar. Decidí caminar. Hay una puerta entreabierta pintada con las células de tu sangre. Tuve que abrirla. No quería mirar. Una cuerda de huesos hizo que me cayera. En el piso mis manos tocaron una superficie suave, tibia, en la que pude palpar tus poros emitiendo tu olor. Arrastrando mi cuerpo por la habitación se me enterraron algunas de tus uñas mientras otras sólo reaguñaron mi piel. ¡Un salto! Mis ojos se abrieron de nuevo. Tu piel, tus huesos, tus uñas y tu sangre haciendo trampas por el cuarto rodean la cama llena de visceras en la que me acosté. Los hilos incrustados en la sangre seca de las heridas hechas por tus uñas me enredan a la cama. Sólo pude mover mis manos. Unas pinzas atoradas en mis dedos sujetando un extremo de tu piel y una navaja que reposa en mi palma derecha me hacen recordar que por un segundo mi nombre hizo referencia a una persona distinta a la que normalmente soy...

18 junio 2009

la sangre de la pluma



Las emociones eran demasiado fuertes para expresarlas con la voz o la mirada. Debía haber algo más para sacar todo antes de volverlo un cáncer que crece rápido dentro de mi. Hoy escribí 5 renglones que no pensé. Mientras la pluma se arrastraba dejando en forma de letras su sangre en el papel, mi mente estaba en blanco y pensando tantas cosas a la vez... Llegó el momento en que el blanco de mis pensamientos predominó debido a la lentitud de mis manos y la velocidad del cerebro. Olvidé lo que tenía que sangrar a través de la pluma. Cinco renglones leí después de aventar el kit de escritura y levantarlo arrepentida. Era exactamente el tumor que estaba dentro de mi lo que se leía en el cuaderno...

10 junio 2009

the meaning of an unwanted kiss...



Y esque tengo tantas horas acumuladas pensando en la primera vez que me besaste... Fue un beso de doble significado, tal vez más de dos... No fue sólo un beso. A veces, cuando estamos juntos, muero por dejar salir mis instintos, muero por no pensarlo, por no detenerme; muero por besarte, pero no sé qué harás tú. No sé si tú mueras siquiera por que yo quiera besarte... Si eso fuera al menos en el mínimo caso que te acercaras, que me hicieras notar que deseas ese roce de nuestros labios, con eso bastaría y aunque este sea un beso y nada más, un beso sería lo que es, sería un beso tuyo como sea... Simplemente un beso de saludo o despedida es un beso. Disfruto la fracción de segundo en que tu boca toca mi mejilla y nuestros rostros llegan a su máximo acercamiento, la forma en que tu mano toma mi brazo cuando te acercas a decir adiós... Pero si bien no puedo darte y mucho menos pedirte un beso, un abrazo calmará estas ansias que aumentarán de todos modos...